Hace tiempo que no me meto en nada; ni siquiera en mi blog. En el último evento de Medialuna me agarré una bacteria de esas que te destrozan la respiración. Me he pasado toda la semana convaleciente, peleando contra una bronco neumonía que me recuerda lo importante de pararme, de respirar hondo y de pensar en la nada. Sé que la vida es unas cuantas respiraciones profundas.
El doctor Alonso Fernández, autor de LoQueNoExiste y amigo dice que las bacterias y los virus tienen que ver con el estrés; que la ansiedad hace que las defensas flaqueen y entre la enfermedad. Me ha llamado todos los días. Qué majo. Esa noche quiero actualizar el último título; escribir esta entrada: Cómo tener una vida sana, tranquila, disfrutando de todo, aunque parezca lo peor. Sin duda, es cuestión de actitud. Para empezar, voy a sonreír más a menudo, a restar tiempo a aquellos que me bajan la moral y pasar las máximas horas haciendo lo que me gusta: escribir, proponer, editar, comunicar.
Ha sido una gran semana. Después de una caja entera de antibióticos, broncodilatadores y mucha fiebre, me doy cuenta de que sin mí el mundo sigue exactamente igual, así que voy a poner el foco en esa respiración profunda, en la tranquilidad que siento cuando camino en solitario por la orilla de la playa del Sardinero. Me gusta la vida y siento qe se me escapa sin disfrutarla. Es el gran regalo, no hay otro.Tengo tantos libros por editar, leer y lanzar, que voy a tomármelo con calma. Estoy entusiasmada con Eulalio Ferrer. Editar a este gran publicista me llena de orgullo. Pronto veré en librerías Entre Alambradas, 41 días en el mar. Me lo imagino a sus 19 años, en 1939, escapando de una España asmática y negra. Viva la vida.