Los números asustan: 2017 años para los cristianos son demasiados. No pasan en balde. Están llenos de aprendizajes, emociones, experiencias y pruebas vitales. Nos adentramos en un enero esperanzador. Los datos apuntan crecimiento, a pesar de los desastres, las desgracias cargadas de inmigrantes, y los ciudadanos desencantados. Somos un país con talento, jóvenes que merecen oportunidades y ganas de crecer. ¿Por qué no vamos a conseguirlo?
Superaremos cualquier dificultad si logramos convencernos de que la mejor opción está siempre al lado de los amorosos, en vez de los resentidos.Las amenazas son grandes; pero sin duda este ha sido un año mejor que el anterior y el siguiente seguirá la misma senda positiva. Nunca en toda la historia de la humanidad hemos vivido mejor, a pesar de las maldades, los sufrimientos y los desastres de la vida. Feliz 2017. Este es mi mensaje de fin de año mientras cierro el ordenador y elijo esta foto en la que estamos con Eva Levy, autora de Entre diversión y fragmentación. Apuntes para tiempo de cambios, editado por LoQueNoExiste y presentado por Medialuna. Un tema muy propicio para leer estos días de fiesta y reflexionar sobre lo divino y lo humano.