Comparto esta crónica de Alicia Ojalvo, escrita anoche, sobre la tertulia celebrada con motivo del Día Internacional de la Mujer, en la sede de LoQueNoExiste. También algunas fotos. Feliz día de la Mujer. Mañana secundo la huelga.
Siete autoras están reunidas en la sede de la editorial LoQueNoExiste. Conversan sobre la situación de la mujer y el sentido de la reivindicación feminista del próximo 8 de marzo. La editorial celebra los cinco años de su colección Talento Femenino, cuyas obras muestran que la coherencia y rotundidad de la voz femenina es imprescindible para nuestra sociedad. Mercedes Pescador, fundadora del sello, afirma que «LoQueNoExiste es un generador de empleo y confianza y difunde valores como el empoderamiento y la responsabilidad».
Comparten risas, deseos e ideas entre sorbo y sorbo de café, llenando de belleza y creatividad la sala de reuniones. La editora, Carolina Orihuela, acompaña a las autoras, que acuden desde distintos puntos de la geografía española. Las amables participantes de la charla son Alicia Kaufmann, Eva Levy, Elvira Muliterno, Isabel Garzo y Marta Araujo, ejemplos de la fuerza de la mujer en los ámbitos empresarial, académico y literario, entre otros, baluartes de cómo una mujer con valor puede subir los escalones del emprendimiento y alcanzar el éxito si confía en sí misma.
Tras efusivos saludos y comentarios bromistas fruto de la confianza entre las asistentes, Pescador ha dado una perspectiva positiva de la crisis, visualizándola como una oportunidad para reinventarse y optar por el autoempleo o la creación de pequeños negocios. Además, el índice de fracaso es menor en las empresas creadas por mujeres, ya que son capaces de enfrentarse a sus miedos de manera más decidida. ¿Cuál es el motivo por el que las mujeres aún necesitan reivindicar la igualdad de oportunidades y derechos? Para responder a estas preguntas, tratan tres puntos clave desde la perspectiva de género: poder, dinero e igualdad.
LA CONFIANZA Y EL EQUILIBRIO COMO VÍAS HACIA EL EMPODERAMIENTO
Existe una confusión entre poder y autoridad. Según Alicia Kaufmann, «habitualmente se asocia el poder a lo masculino, a la falta de valores y a la autoridad. Sin embargo, la autoridad es un concepto distinto, tiene que ver con el crecimiento personal y el reconocimiento del propio poder, que está dentro de cada ser humano. Se demuestra que cuando una mujer pide lo que quiere, lo consigue». Kaufmann, autora de Mujer, dinero y poder, está convencida de que si la mujer se valora, es capaz de lograr sus propósitos. «Se trata de un proceso de maduración, de dejar de actuar como una “niñita” y apostar por las propias necesidades y aspiraciones. Las mujeres debemos aprobarnos, dejar a un lado el miedo a poner límites precisos y buscar dentro de nosotras para encontrar el tesoro que nos hace especiales y únicas, irrepetibles».
Los problemas de comunicación entre hombres y mujeres también tienen como base esta falta de seguridad femenina. Eva Levy hace referencia a «cómo las mujeres creemos que dejamos claro lo que decimos, pero los hombres no se enteran o simulan que no lo hacen. Sin embargo, cuando la mujer se autoafirma, no necesita la comprensión del hombre ni de ninguna institución. En muchas ocasiones, las mujeres permiten que otros hablen por ellas en su conjunto. Hace falta que las mujeres se unan con una sola voz potente y equilibrada para dialogar de manera coherente con lo masculino».
Entre todas proponen la creación de un manifiesto que encierre los problemas prioritarios del colectivo femenino que se quieren resolver, que contenga ideas claras y contundentes y que éstas sean transmitidas por un portavoz. Elvira Muliterno recalca que «las mujeres debemos dar este paso hacia el poder tomadas de la mano, ya que lo que reivindicamos es nuestra manera de hacer. Tenemos una responsabilidad: llevar lo femenino a la sociedad». Muliterno recuerda que el término empoderamiento, que apareció por primera vez en su obra Mujer empoderada (también publicada por LoQueNoExiste), hace referencia a una mujer que trabaja sin personalismo y mantiene una actitud constante de autocrítica y responsabilidad.
A pesar de este llamamiento a la unión del colectivo femenino, salen a relucir durante la conversación las inevitables diferencias generacionales entre las mujeres en su primer tiempo, las de mediana edad y las que llegan a su segunda etapa, en la que, tras la pérdida de protagonismo de los hijos, tienen una oportunidad de volver a decidir por sí mismas. Marta Araujo apunta que la generación más joven, a la que pertenece, no ha sido concienciada de que la libertad que da el poder, además de aportar beneficios, conlleva asimismo numerosos riesgos, por lo que es necesario aprender a obtener el mayor beneficio con las menores pérdidas posibles. Isabel Garzo ha recalcado las excelentes cualidades de la mujer para ostentar el poder, como la sensibilidad y la capacidad de apaciguar, y considera que la ficción es muy útil para comprender la evolución de la situación del género femenino a lo largo de la historia. Los libros y las películas nos muestran a mujeres que ostentan el discurso socialmente aceptable en defensa de la igualdad de puertas para fuera, mientras que en la intimidad mantienen el rol de sumisión. Así pues, se concluye que el principal motor del cambio hacia la igualdad ha de partir del sentimiento íntimo de esta necesidad y su expresión en todos los ámbitos de la vida.
VALENTÍA Y ECONOMÍA, O CÓMO AVANZAR SIN LA NECESIDAD DE UN PROTECTOR
«La libertad tiene que ver con los sentimientos y el dinero». En palabras de Kaufmann, «nos ponemos precio en función del nivel de nuestra autoestima. Vemos muchos casos de mujeres que buscan a un hombre que las rescate, delegando en él la parte financiera de la pareja». Levy opina que la mujer debe superar el miedo al dinero y, por tanto, al poder. «Los hombres tienen más facilidad para usar el dinero con confianza porque están más acostumbrados a ello». Mientras que la actitud del hombre se asocia tradicionalmente a la abundancia, la mujer se ha ocupado del ahorro y administración del dinero, pero se trata más bien de una cuestión de apariencias para demostrar que el hombre es poderoso.
Pescador sugiere la idea del eminente psiquiatra Francisco Alonso-Fernández, autor del sello, según la cual la píldora anticonceptiva ha fomentado la emancipación de la mujer. Añade que «uno de los mayores miedos de las mujeres es el de no gustar. El hombre teme a las mujeres que no tienen miedo, y este sentimiento de impotencia ante la valentía femenina es el que provoca la violencia machista». Pescador decidió crear Medialuna, su compañía de comunicación, en el año 2000, precisamente “para no tener jefe, para ser libre, para ser yo misma en mi mejor versión, para ejercer el poder con responsabilidad, para crecer y generar riqueza”.
MODOS DE DEFENDER LA IGUALDAD Y CONSEGUIR UNA REIVINDICACIÓN EFECTIVA
Levy afirma que «si las mujeres se paran, se parará el mundo. Se trata de un punto de inflexión, pero existe el problema de que el movimiento se politice ya que no hemos tenido figuras relevantes encabezándolo». Las siete participantes proponen la realización de un listado de aquellas empresas que apoyan a las mujeres para poder tener en cuenta este aspecto de su política y elegir una compañía u otra a la hora de solicitar un bien o un servicio. Están de acuerdo en que la reivindicación femenina del 8 de marzo es una campaña de comunicación de éxito, un símbolo de unidad de las mujeres para retomar su autoridad, una muestra del vacío que dejarían si desapareciesen, de que su valor en la sociedad es independiente de su género.